jueves, 28 de noviembre de 2013

10000 km to Japan

Esta vez os hablaremos de nuestro viaje a... ¡¡¡JAPÓN!!! Y es que nos hemos permitido el lujo de cogernos una semanita de vacaciones para visitar Tokio y Kioto. Como habéis podido comprobar, nos gusta cambiar de "compis" de viaje; esta vez nos han acompañado tres majísimos mexicanos (Óscar, Óscar y José). Aquí os dejamos nuestras aventuras...

TOKIO
Estuvimos 4 días disfrutando de la capital, y nos hubiéramos quedado otros 4 más, pero nuestro presupuesto no nos lo permitía, jaja. Como en anteriores ocasiones, nos hicimos un buen planning para poder aprovechar al máximo los días. 

Día 1
Cogimos el avión desde Seúl muy temprano lo que nos permitió poder ver cosas desde el primer día. Nuestro hostal estaba en la zona de Asakusa, así que fue dejar las maletas e ir a ver la zona. Ésta tenía un templo muy muy bonito con su Pagoda y eso, y a la entrada una calle con puestitos (muy turístico).   



Por la noche nos acercamos a la zona de Akihabara "sinónimo de electrónica y tecnología y centro neurálgico de la industria del manga". Y es que lo de la electrónica, sin más, viniendo de Corea... Pero lo del manga! Madre mía! Nos metimos en un edificio al azar, de 9 plantas, cada una especializada en algo diferente. Unas estaban llenas de muñecas sugerentes, otras de pequeñas figuritas de todo tipo de personajes de la historia del manga, y ya cuanto más subíamos peor se ponía la cosa... los japoneses deben de estar bastante reprimidillos... Eugh!




También acabamos en un edificio con un megaletrero donde ponía "GAMERS". Pues bien, entramos y el ruido que había era peor que el del altavoz de una discoteca de chunda-chunda. Había cientos de personas (jóvenes, adultos, adultos trajeados...) jugando a máquinas que escupían mini-bolitas cada segundo. No llegamos a descubrir en qué consistía el juego aquel pero parecía muy adictivo viendo a aquellos gamers sin pestañear, llenando cestas y cestas de mini-bolitas. 

Entramos también en recreativos, tiendas de cómics, plantas de máquinas tragaperras etc, vamos, experimentando los entretenimientos frikis japoneses. 

Día 2
Disfrutamos de la mañana paseando por el Parque Ueno donde los japoneses hicieron gala de su eficiencia en el barrido de la zona; y es que había unos 30 barrenderos armados con katiuskas limpiando la fuente central del parque arrodillados en el borde con la cabeza casi dentro. Además, mientras nuestros mexis veían pandas y osos polares en el zoo del parque, tuvimos tiempo de jugar con japonesitos monísmos y a Raquel, inevitablemente, el reloj biológico le hizo ring ring...




Más tarde, visitamos la zona de Harajuku (lugar de reunión de los personajes más pintorescos de la ciudad), nuestra preferida (ver día 4). Comimos kebap, sí, todo muy japonés, pero hay que reconocer que estaba increíble. A patita nos fuimos hasta Shibuya, el Times Square de Tokio. Alucinamos con "el cruce de Shibuya": seis pasos de peatones por los que cruzan  una avalancha de cientos de personas al mismo tiempo y casi sin chocarse. Fue tan increíble que una vez nos pareció poco y le dimos un par de vueltas. Aquí os dejamos el vídeo. http://youtu.be/lq82mYqxiP4

Para cenar, nos recomendó un japonés un restaurante en un sótano que aunque daba miedito, lo primero que nos preguntaron fue que si teníamos reserva. Después de esperar un buen rato, entramos y nos dimos cuenta de que estaba lleno de japoneses guays. La comidad, esta vez sí japonesa, estaba riquísima. Probamos los famosos yakitori y la yakisoba.

Día 3
Nos pegamos la madrugada del siglo para ir al fish market, del que dicen es el más impresionante del mundo por sus subastas de atunes gigantes. Desgraciadamente, pillamos un día festivo y ni subastas ni atunes. Recompusimos nuestro plan del día y dando un buen paseo fuimos dirección Tokyo Tower. En el camino, hicimos una parada de dos horas en el Centro Pokémon, sí sí, pokémon sigue existiendo y es lo más para los niños (y no tan niños) japoneses, así que estaba a tope ya desde las diez de la mañana. 





La Tokyo Tower muy sin más, en resumidas cuentas: una torre Eiffel vestida del Athletic.

Por si no estábamos del todo cansados, nos recorrimos Yoyogi Park: el pulmón de Tokyo. Por eso de que era día festivo, la gente sacó sus mejores galas tradicionales y el parque se llenó de familias, carrozas de hortalizas y bodas. No, nosotras tampoco lo entendimos.

Aún hay más.

Casi corriendo fuimos al Metropolitan Government Office Building en Shinjuku. Nuestro objetivo: ver el atardecer y disfrutar de las vistas nocturnas desde la planta 45 a 243 m de altura sobre la metrópoli más poblada del mundo. ¡Lo conseguimos!



Acabamos el día paseando entre "luces de neón y gente fashion" por la zona de Shinjuku y unos japoneses muy majos nos guiaron hasta Yakitori Yokocho: calle megaestrecha llena de minibares cuya especialidad eran, como no podía ser de otra manera, los yakitoris (algo así como pinchos morunos).

Hasta aquí la primera entrega sobre Japón.

To be continued...


domingo, 17 de noviembre de 2013

Un fin de semana muy especial

Esta vez no hemos cogido un avión para pasar el fin de semana fuera, sino que nos apuntamos a la excursión organizada por OIA (Relaciones Internacionales de la uni). 
Fue una ocasión perfecta para conocer otros rincones de Corea (Yeongju, Andong & Punggi), a 4 horas de Seúl en autobús hacia el sureste. Por suerte contamos con una guía que nos iba informando de todo lo que íbamos a ver. Pues eso, todo muy bien organizado!  Esto fue lo que hicimos:

Después de una buena comilona con pescado incluido (en serio, se echa de menos), fuimos a visitar, como no podía ser de otra manera, un TEMPLO (Buseok Temple). 


Aunque todos parecen iguales este realmente era especial, el templo de madera más antiguo de Corea- del año 676.  No sé si os hemos dicho en algún otro post que los templos en Corea son relativamente nuevos, o bien porque los han reconstruido o bien por que los han restaurado recientemente, lo cual pierde un poco el encanto en nuestra opinión. Vamos, aquí no tienen "Acueductos de Segovia", por así decirlo. 

La verdad es que los alrededores del templo eran espectaculares y es que el otoño le sienta muy pero que muy bien a Corea.

























Después del templo, fuimos a visitar un pueblo tradicional coreano en el que aún algunas de las casas estaban habitadas y pudimos entrar a cotillear un poco para hacer hambre para cenar. La verdad es que el pueblo era una monada con su río, su "puente, su "playa" pero, eso sí, muchas flores (y sí, acabamos poniéndonos una cada una en el pelo... las coreanas estaban encantadas y, por supuesto, nos sacaron varias fotos).


Para cenar tuvimos barbacoa en la plaza del pueblo, cual paellada popular. Hasta aquí todo suena bien pero ahora toca la parte que le da el título al post. Cuando terminamos de cenar nos reunimos alrededor de un fuego (sí, sí, todo muy peliculero... pero hacía un frío que [...]) y disfrutamos de varias actuaciones con canciones y bailes tradicionales coreanos, organizado por los del pueblo, Échale un vistazo al ambientillo y, en un despliegue de talento internacional, unos cuantos bailaron una canción de K-Pop. Además, unos filipinos nos dejaron alucinados cantando Adele y un H.U.G. member nos cantó nada más y nada menos que Nessun Dorma (los coreanos tienen un don con esto de cantar... tanto norebang es lo que tiene).

Oliendo a chamusquina y muertos de frío "construimos" unos... farolillos, podríamos llamarlos, y fuimos a la playa fluvial a continuar con nuestra noche al más puro estilo campamento de verano. Allí quemamos una hoguera enorme con troncos, ramas, etc. con el fin de ahuyentar los malos espíritus, además de darnos calorcito, que falta hacía...
Entretanto, por parejas montamos otro tipo de farolillos, esta vez de los voladores. Esos que con el calor de la vela se elevan en el cielo hasta desaparecer. Vamos, todo muy peliculero! A nosotras el primero se nos rompió y eso hizo que tuvieran que darnos otro y por tanto ser las últimas en volarlo. Así que cuando llegó nuestro turno nos convertimos en el centro de atención del lugar! Además era el último que se veía lucir en el cielo :)


Esa noche tocó dormir en el suelo. Así dicho suena muy mal, pero es que aquí es algo totalmente normal y la verdad es que se duerme bastaaaante bien!! Entre que el suelo era mullidito y emitía calor...


El domingo visitamos Dosan Seowon, la academia más representativa y famosa del Confucionismo coreano. El legado del confucionismo, que tiene buena parte de influencia china, continúa presente en la sociedad coreana (desde el sistema moral, el modo de vida, las relaciones entre jóvenes y mayores, etc.). Como anécdota, la cara del fundador de esta escuela, Yi Hwang, aparece en los billetes de 1.000 wones coreanos. 


Y ya, para rematar, el domingo hicimos algo totalmente espectacular, una experiencia que no se nos olvidará jamás: RECOGER MANZANAS de un prado, jajajaja. Al menos nos dejaron llevarnos tres manzanas para casa... Se agradeció, porque aquí la fruta está la mar de cara. 


¡Hasta pronto!




  


domingo, 3 de noviembre de 2013

Fin de exámenes en Jeju Island

Este pasado fin de semana hemos visitado Jeju, una isla al sur de Corea, a una distancia de aproximadamente hora y cuarto en avión desde Seúl. Jeju es una isla volcánica y se da un aire a las islas Canarias. En este viaje contamos con la compañía de Agus, un gallego de los auténticos.

Día 1
Según llegamos al aeropuerto nos fuimos en bus a Seogwipo, al sur de la isla. Aunque ya era de noche, aprovechamos a dar un paseo por el pueblo, cenar una Korean barbeque y a visitar la primera de las cascadas, Cheonjiyeon



Nos hospedamos en el hostel Jeju Hiking Inn, muy recomendable. ¿Lo mejor? el momento en que nos dimos cuenta de que no había papel higiénico y el por qué de su ausencia... echad un vistazo a este enlace. 
http://youtu.be/BpafpXq-Gs8

Día 2
Lo primero que hicimos, bien prontito por la mañana, fue ir a alquilar un par de scooters para movernos por la isla de cascada en cascada. Postureos a parte, lo de las motos fue una gran idea que nos ahorró mucho tiempo y nos evitó mucho lío de buses. Nuestra ruta por la costa fue:

-Cheonjeyeon: había tres cascadas diferentes con unas vistas impresionantes y un puente muy bonito 



-Jungmun beach. No nos resistimos a la tentación de pegarnos un baño y unos jóvenes coreanos flipando nos suplicaron una foto, jaja



-Jusangjedli rocks: piedras volánicas formando bloques por el contacto con el agua.




Día 3
Nos levantamos a las 6 y media de la mañana para subir el Hallasan, el volcán más importante de Jeju, que es la montaña más alta de Corea. Aunque cuando llegamos nos reímos de las pintas de los coreanos (dignos de expedición al Everest, piolets incluidos), fuimos nosotros los que nos cagamos en todo después de un par de horas de subida.


Resultó que ninguno acertamos con la vestimenta: el que tenía zapatillas en condiciones, iba en pantalones cortos; la que tenía sudadera, tenía unas bambas de paseo; y luego, Marga, que iba con una chaquetilla, pantalones cortos y mierda de zapatillas, bueno, al menos tenía bufanda. Podéis pensar que haciendo tanto ejercicio, no tiene sentido que hayamos pasado frío, ERROR, eso pensamos nosotros. Ropa de playa vs 10 km de subida y hielo en la cima... como que no. Aunque nos costó lo nuestro, hemos de decir que tardamos dos horas menos de lo que decían los cartelitos.
Total, tanto esfuerzo y sufrimiento para nada, porque no se veía ni un árbol con la niebla que había. A día de hoy seguimos acordándonos del maldito Hallasan porque tenemos unas agujetas que andamos como si nos hubiera atropellado un camión.

Por la noche fuimos a una Guesthouse (de las auténticas). Entramos y parecía un patio de colegio. Un grupo de unos 5 coreanos nos miraba sorprendidos y nosotros parecido. No sabían inglés, pero hicieron lo posible para que nos sintiésemos como en casa... Al cabo de media hora mínimo nos dimos cuenta de que ellos eran guests como nosotros y que el jefe estaba desaparecido. Para colmo tuvimos que encerrarnos en la habitación por el olor de lo que estaban cocinando: INTESTINOS (de lo que fuera...)   


Día 4
Por fin apareció el jefe y fue encantador con nosotros; le preguntamos cómo llegar a Seongsan (mini-península volcánica patrimonio de la UNESCO) y nos llevó en su coche hasta allí. ¡Qué detalle!
Así que hicimos un poco de hiking por si no hubiéramos tenido bastante con lo del día anterior, para ver el cráter del volcán desde arriba. Alrededor pudimos disfrutar de estas vistas:


A continuación visitamos unas cuevas (también patrimonio de la humanidad) bastante curiosas ya que se podía apreciar en sus paredes el paso de la lava del volcán. 

Continuamos nuestro recorrido por el este de Jeju hasta llegar a una playa pequeñita de arena blanca y agua turquesa. Se estaba la mar de a gusto, tanto que hasta nos echamos una buena siesta...






















Visitamos otra playa que nos pillaba de camino a Jeju city, el fin de nuestro recorrido por la isla. Llegamos ya de noche a una estación de autobuses, y después de estar un buen rato pensando en cómo llegar al hotel desde allí, Dios nos bajó un ángel del cielo: nos encontramos al joven coreano que estuvo en la misma Guesthouse que nosotros la noche anterior. Nos dijo que andaba sin rumbo y que le parecía una buena idea acompañarnos hasta el hotel, ya que nos vio bastante perdidas. Así que gracias a su ayuda llegamos sanas y salvas a nuestro hotel (The Forest, muy muy recomendable también). 
Dimos una vuelta por el centro de la ciudad (prácticamente eran todo tiendas de lujo) y a dormir prontito porque el vuelo salía muy temprano al día siguiente (para poder llegar corriendo a clase). 

Aquí os dejamos las últimas fotos con nuestras inseparables moTItos:





Y, finalmente, sólo nos queda agradecer a Agus sus preciosas fotos y cómo no, su compañía ;)